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Amor, al estilo Americano

11/03

Ya pueden los británicos sentir el amor? Sucede que, exportar democracia, significa algo más que enseñarle a unos desafortunados no-occidentales, las delicias de tener a alguien que escriba una constitución decente para ellos. Aparentemente, ellos son tan ineptos dirigiendo su propio país, que George Bush y su camarilla de criminales de guerra deben decirles cómo confeccionar una democracia al gusto americano.

La versión exportada, por supuesto, es inquietantemente igual que la doméstica. La libertad de expresión, para empezar está sobre-valorada, y es fácilmente empleada a la ligera por inadaptados, pacifistas, sindicatos de comercio y otros molestosos agitadores. Se nos permitiría sugerir unas cuántas, hmm, mejoras importantes para que todo esto marche sobre ruedas? De verdad, sólo unos cuántos retoques aquí y allá. Ahí van… - una Cruel Zona de Exclusión estaría bien. De esa manera, nadie podría acercarse nunca a ningún mandatario visitante, Aún cuando éste haya llevado a tu país a la guerra y muchos estén enojados por eso.

También quisiéramos que ustedes básicamente, cerraran su capital, dejaran a nuestros francotiradores, que tiran a matar, exentos de sus leyes, y que ninguna imagen negativa ocupara la misma pantalla de TV (por razones de seguridad obviamente), que nuestro intrépido líder. Supongo que ya puedo dejarme de sarcasmos. Esta debe ser la intriga más repulsiva que haya tomado control de las palancas de poder en la historia de los Estados Unidos. Mientras nosotros esperamos en vano a que los fuegos infernales de su psicosis neoconservadora termine por quemarlos a ellos mismos, ellos siguen de mal en peor.

Pensaríamos que talvez, y sólo talvez, después del comunicado de que el gobierno de Blair imploró al elenco de desalmados de Bush a que esperaran un poco antes de hundir sus colmillos en la yugular de petróleo de Irak, Lon Cheney, George y compañía entrarían a hurtadillas en lugar de pavonearse, exudando su infundada y mal colocada arrogancia por todo Londres. Estaríamos equivocados.

De hecho, estamos siempre equivocados. Cualquier conjetura, por vagamente humana que sea, y que pueda desalentar nuestra aversión y cinismo, fracasa rápidamente. Pero quién es más sabio? Aún con una ironía tan grande como los temores que sentían Bush y Bliar sobre esta visita, los únicos Americanos lo suficientemente espabilados para notarlo, son el mismo grupo que se enteró de cuando se perdió un trillón de dólares en el Pentágono.

Como mencioné antes, puros agitadores.

Puede ser que la ironía haya muerto, pero esta obsesión por la seguridad debería asombrar a más de uno. Debería ser un poco más que alarmante que el pResidente Americano no pueda visitar sin peligro a su único aliado en este gigantesco crimen contra la humanidad. Recuerdo haber estado a un tiro de piedra del presidente de Nicaragua, rodeado solamente por unos cuántos guardaespaldas en medio de una guerra civil. Esto implora a gritos la pregunta de si gente como nuestro buen George no estaría un poco más seguro si no fuera tan ampliamente despreciado. Esperen un momento…, lo que pasa es que están "celosos de nuestras libertades". Y esto nos lleva a otra pregunta: Si nadie se da cuenta, la ironía todavía existe?

Peter Jennings rellenó un reciente programa de noticias, con dos historias que podrían haber hecho explotar mi cabeza. Y sin embargo, en nuestra matriz libre de ironía, me limité a encogerme de hombros. La historia principal contaba cómo los Americanos en Irak "contestaban a los ataques," disparando a escondites "sospechosos" de insurgentes, y otros comentarios de ese estilo. Dejando de lado por un momento la milenaria ironía de la "contrainsurgencia", las noticias terminaron recordando a la valiente puesta en evidencia de las atrocidades cometidas por los Estados Unidos que se cuentan en la canción de Vietnam Toledo Blade de hace tres décadas.

Tuve mucho tiempo para contemplar hasta qué punto todo esto nos está haciendo sentir más seguros cuando estaba en la sala de espera de Emergencias esperando a un amigo al que le habían disparado en la cabeza con una pistola de balines justo afuera de nuestra escuela (historia verdadera). Bueno, mentí- No podría solamente encogerme de hombros, con la ironía derritiendo mi cerebro y filtrándose por mis orejas y mis fosas nasales. En nombre de la seguridad nacional, éstos criminales de guerra están volviendo nuestro mundo y nuestro país incalculablemente más peligroso. Sus fanfarronadas machistas no son sólo una vergüenza, aunque también tienen algo de eso. Cada mes que ésta gente se queda en los cargos, se retrocede un par de años en la causa a favor de la paz y la seguridad.

Lo inmensamente irónico es que Blair le teme a la visita de su colega ocupante. Talvez Gran Bretaña, habiendo ocupado quizás más territorios que Genghis Khan, debería ponerse nervioso cuando escucha su eco del otro lado del charco. Después de mucho tiempo de proceso por la desaparición del terror imperialista, el pasado vuelve a perseguirlos. Y porqué no? Mientras se aseguran de la muerte de la ironía, la junta de Bush debería eliminar el concepto del tiempo mismo. Su guerra de terror en la etapa en que se encuentra está desesperada por encontrar algún tipo de pliegue en el tiempo, un agujero de gusano a otra dimensión en dónde las viejas leyes de la física de ocupación no apliquen.

Los teóricos y títeres del régimen de Bush están perdiendo su tiempo, Ayudados e instigados por el partido de oposición al completo (con excepciones notorias como Kucinich y Sharpton). La gravedad todavía gobierna, y todas las fantasías imperialistas deben regresar a tierra. Desde este punto de vista, Bush y Bliar deberían amenizar la visita, talvez con una canción o dos. George puede citar alguna de las de resistencia Latinoamericana que su gobierno ha tratado brutalmente de suprimir durante la mayor parte del siglo pasado: pueden cortar las flores, pero no pueden cortar la primavera. Tony puede compartir alguna de las canciones que se escucharon durante los ochocientos años de ocupación de su país en Irlanda: "When the law can keep the blades of grass from growing where they grow/and when the leaves in summertime their verdure dare not show/then I will change the color that I wear in my corbeen /but 'til that day, plase God, I'll stick to wearing of the green." (Cuando la ley pueda impedir que la hierba crezca ahí donde crece, y cuando las hojas en primavera no se atrevan a mostrar su verdura - entonces cambiaré el color de mi corbeen (tipo de sombrero típicamente irlandés) - pero hasta que llegue ese día, por favor señor, me quedaré con el verde.)

Pueden recordar el pasado y hablar de cuando la exportación de "democracia" y de ley ha llevado sonrisas a los rostros de los liberados. Si me hubieran invitado, habría contado mi anécdota favorita sobre la democracia. Una noche, mientras veía un discurso electoral en compañía de un amigo hace algunos años, nuestras mentes no se entumecieron con complacencia al escuchar a un candidato reconocer esa payasada del requisito de que hay que pelear-la-pelea-adecuada-porque-ésto-es la democracia. Mi amigo apretó el control remoto con un resoplido: "Ah, si! eso es la democracia: dos candidatos virtualmente indistinguibles gastándose un millón de dólares para convencer a cuánta gente sea posible de que el otro mojaba la cama cuando tenía siete años.

Mientras quieran imponer su ley, Tony puede sumergirse de nuevo en interminables historias de víctimas irlandesas. Estoy pensando en The Rebel (El Rebelde), de Padraig Pearse: "Pensáron que iba a doblegar a esta gente? Es ésa ley más fuerte que la vida, o que el deseo de este hombre de ser libre? Ya lo veremos - ustedes que han acosado y contenido, que han amedrentado y corrompido-tiranos, hipócritas, mentirosos!" Pónganse cómodos y disfrutenlo mientras puedan, Todavía quedan muchas canciones por ser escritas. Pueden ahora sentir nuestro amor?

© 2003 Daniel Patrick Welch. Concedido el permiso para su reproducción. 
Traducido por  Jose Luis Marquez Rivas

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Welch vive y escribe en Salem, Massachussets, EE.UU., con su esposa Julia Nambalirwa-Lugudde. Juntos administran The Greenhouse School. Sus artículos anteriores están a disposición en la Internet y se le facilitará un índice con solo pedirlo. El autor se ha presentado por radio (la entrevista se puede escuchar aquí) y sus columnas también se han difundido: los interesados en retransmitir el audio deberán comunicarse con el autor. Algunas columnas están a disposición en español o francés y hay otras traducciones pendientes (se acepta ayuda para otras lenguas). Welch habla varios idiomas y hace grabaciones en francés, alemán, ruso y español o entrevistas en la lengua meta por teléfono.